7.28.2011

King of Nothing...

Huis Juan, huis como nunca en la vida has huido ya que jamás has experimentado terror semejante en toda tu vil existencia, mientras tu caballo va a todo galope a través del oscuro bosque y las flechas zumban en tus oídos sentís como tu ser se sacude en un escalofrío casi paralizante ante la sola idea de que tu miedo más grande se haga realidad, temes que todo aquello que una vez te causo orgullo y felicidad te fuera arrebatado como castigo por tu falta de decisión y pobre juicio.

Tu caballo tropieza debido al impacto de un flecha y sin previo aviso todo se vuelve negro, despertas a los pocos segundos para encontrar tu cara en el suelo y a tu caballo moviéndose en un intento desesperado por incorporarse, mientras sentís el sabor inequívoco e inconfundible de la sangre en tu boca escupís y tratas de concentrarte en tu propia situación, al fin y al cabo tus súbditos esperan que vuelvas para guiarlos y cosas como tu caballo, la sangre en tu boca y ese dolor agudo pero lejano que sentís pero no sos capaz de identificar son solo algunas de las cosas que poco o nada les importa.

“algo no anda bien” murmuras mientras tratas de incorporarte pero una especie de descarga como jamás la has sentido atraviesa todos y cada uno de tus nervios causándote un dolor que no podes poner en palabras, mordes tu puño a fin de no gritar y revelar tu posición al enemigo el cual aún continua tratando de encontrarte, volteas a ver hacia atrás y descubrís con horror la causa de esa sensación de dolor nueva y desconocida que no podías describir, tu pierna esta demolida y en tan mal estado que parece que tuvieras una rodilla adicional, una masa sanguinolenta y nauseabunda puede observarse a través de la magullada piel y la punta de tu fémur destrozado amenaza con romper tu piel, el dolor va disminuyendo gradualmente y la sangre empieza a correr de tu mano la cual aparentemente mordiste demasiado fuerte, pensás esta y otras cosas cuando tu caballo y su intento continuo por incorporarse a pesar de tener las patas destrozadas capta tu atención, el animal sufre y al parecer aun si lograra sobrevivir no volvería ser el mismo de antes, tus ojos se llenan de lágrimas y escenas de este caballo siendo entrenado y criado para ti cruzan tus ojos, tomas una decisión, tomas tu espada y cortas el cuello del animal mientras tomas su cabeza para que no luche ante lo inevitable y acepte lo que se avecina, murmuras algo a su oído mientras sentís como su vida lo abandona, un par de lágrimas se hacen presentes y un juramento de venganza toma lugar.

Tratas nuevamente de incorporarte pero es en vano, tu pierna no responde y el dolor que ocasiona el moverla es demasiado como para soportarlo, te arrastras en busca de un escondite cercano, llegas a una cueva, haciendo uso de tus últimas fuerzas las cuales han sido drenadas por la pérdida de sangre y el dolor ocasionado por la herida logras darte vuelta y por primera vez estar boca desde que fuiste lesionado, usando tus brazos logras sentarte y descansar tu espalda en la pared de la cueva con tu mirada fija hacia la entrada, estas más que convencido que este será el lugar de tu muerte.

Cerras los ojos y tratas de hacer memoria para poder señalar el momento justo en el que perdiste las riendas de todo y el sabotaje vil te golpeo de lleno despojándote de todo eso que era preciado para ti, no logras recordar mucho y la verdad ya no tiene importancia, te quitas la corona y la tiras, removes el peto que cubre tu pecho y clavas tu espada en el suelo, tensas tu arco y te preparas, el momento final se acerca para ti pero te negas a morir sin llevarte a unos cuantos de esos que te robaron todo cuanto tenías. La vista se torna borrosa y un sentimiento de mareo y cansancio te invade, muy probablemente tengas alguna hemorragia interna debido a los movimientos que has hecho con tu pierna herida, pensás en ello mientras esperas y esperas el momento en el que finalmente te encuentren y poder verle la cara a esos traidores.

“finalmente ha llegado el momento” murmuras mientras la luz de la luna dibuja la silueta de unos de esos que te traiciono, el resplandor de la noche te da suficiente visibilidad y el interior de la cueva te da camuflaje como para poder ejecutar tu ataque kamikaze, podes escuchar a lo lejos las voces de esos que te traicionaron, los escuchas remover todo mientras gritan e insultan tu nombre, contenes la respiración y tensas tu arco, todo se resume a este momento en el cual vas a defender todo eso en lo que crees y todo en lo que te has esforzado por crear, cerras los ojos y rezas una pequeña plegaria mientras liberas la primera flecha.

El grupo de asesinos alertados por la flecha comienzan su ataque, la flecha que surca el aire impactando al terror en la garganta causándole una muerte casi inmediata, su puñal lleno de la sangre de tus súbditos cae el suelo enterrándose y sirviendo como prueba de esta batalla, de pronto ya no sentís miedo de morir y con decisión tomas tu siguiente flecha, respiras hondo mientras tensas tu arco y tratas de apuntar lo mejor que tu cansancio y vista borrosa te lo permiten.

La mentira se acerca a paso firme blandiendo su puñal dispuesta a descargar su golpe final y acabar conmigo, la flecha es liberada e impacta su pecho, ebrio de sangre y venganza gritas enardecido “ aun no mentira, aun no podrás guiar mi sombra hacia los infiernos”. La ignorancia corre hacia ti con su venda sobre los ojos pero es impactada por tu penúltima flecha, “si tan solo hubieras hecho esto antes no pelearías por tu vida en este momento” pensás en una epifanía obviamente inspirada por la reciente muerte de tu ignorancia y tu habilidad de mentir tanto a los demás como a ti mismo, las ultima flecha que te acompaña pasa de largo a la gran cantidad de asesinos en una falta de tino provocada por tu visión borrosa. La codicia, la inseguridad, narcicismo, egocentrismo todos y cada uno de ellos corriendo hacia mi ávidos de mi sangre y deseosos de mi partida al otro mundo, la hora de mi fin se acerca y las fuerzas me abandonan, tomas tu espada y cerras los ojos ya que da lo mismo tenerlos abiertos que cerrados en este momento.

Y ahí están….

La verdad con su espejo en la mano, el honor rodeado de sus querubines con su báculo y la justicia con su balanza me miran desde lo alto, levanto mis manos hacia ellos en un vano intento de suplicar por ayuda, grito y pido auxilio en nombre de todas esas personas que esperan mi regreso más mis lamentos no alcanzan las alturas donde ellos se encuentran, veo como discuten entre ellos mientras me miran y me señalan y ríen disfrutando de mi pesar, las fuerzas me abandonan e incluso el hablar se presenta como una tarea titánica, ya no queda más que esperar, abrís los ojos y podes ver claramente el grupo de asesinos acercándose cada vez más. 10 metros, 5 metros mientras vos maldecís mentalmente todo, maldecís a las alegorías que te negaron su mano en los momentos de necesidad, maldecís tu impotencia de cambiar tu futuro que se muestra inminente en este momento pero sobre todo maldecís tu incapacidad de sostener tu espada por más tiempo….

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